Le dedicaba mis sábados y mis domingos, me mantenía interesada, me llenaba de ilusión, me hacia enojar y repelar muchas veces también, me quitaba el sueño en las noches y me hacia amanecer con una sonrisota, me enseñó y crecí, pasé con el muchos de los mejores momentos de mi vida, estaba con el por que creía en el, por que formaba parte de él y por que llenaba de pasión mi vida. Me gustaba tanto que llegué a pensar pasar el resto de mis días con él.
De repente el novio cambió radicalmente, se convirtió (o lo convirtieron) en un mounstro horrible y desconocido para mi ( ay! creo que esto ya lo he vivido antes.)
El novio se convirtió en golpeador y en un depredador de ideas, en un infiel a las causas que lo hicieron ser, un mounstro espantoso del que me queda claro que absolutamente nadie puede estar enamorado, los que se quedan con el novio se quedan por su cochino dinero y estoy segura de que cuando deje de ser negocio, se quedará solo y dejará de existir.
Yo, por mi parte, no me vuelvo a enamorar…en un rato por lo menos.
Yo, por mi parte, no me vuelvo a enamorar…en un rato por lo menos.
3 comentarios:
Así es el amor. De pronto, uno se despierta con el enemigo al lado. Sin embargo, siempre hay que estar dispuesto a volverse a enamorar, porque la fuerza vital del amor es el combustible de la supervivencia y de la trascendencia.
O dicho de otra forma: más pronto cae un hablador que un cojo.
q lo parió
esto de los ex es un quilombo
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