martes, 9 de junio de 2009

La derecha en Querétaro

Me preocupa que pa escoger tengamos la derecha o la extrema derecha. Entonces la simple derecha se dice centro, cuando en todo caso el centro es la izquierda, y en la izquierda no hay nadie que nos represente entonces... sólo nos queda anular el voto.



Querétaro...¿ Que tan a la derecha? Mi articulo en El Universal de hoy

http://www.eluniversal.com.mx/editoriales/44448.html

Hace tiempo que en Querétaro el miedo se vende como pan caliente. La ficción de Orwell se volvió realidad y el Gran Hermano Gobierno, con una cámara en cada esquina, lo observa y lo controla todo. Pocos, muy pocos, se atreven a rebelarse.
Quienes lo han intentado han sido reprimidos sin ningún tapujo, como aquel señor que, a manera de protesta por no tener agua en su casa, fue a bañarse en la fuente de la plaza de armas, sede de los poderes del estado, y apareció golpeado y abandonado en la carretera a unos cuantos kilómetros de la ciudad. O aquellos otros que decidieron manifestarse para promover el esclarecimiento de los crímenes de las muertas de Juárez, que más tardaron en montar sus simbólicos ataúdes que en ser golpeados y desplazados de la misma histórica plaza.
La era panista en Querétaro comenzó hace 12 años, cuando el candidato priísta Fernando Ortiz Arana fue derrotado en las urnas por Ignacio Loyola Vera, siendo una sorpresa para todos, incluido el entonces candidato electo. Esto fue resultado del apoyo que tuvo del sindicato de maestros estatal, que ejerció una participación muy importante al operar a favor del PAN, además de que el candidato del PRI tenía como contrincante a su hermano José Ortiz Arana, candidato del Frente Cardenista, quien le restó muchos votos.
Ya instalado Loyola en el Palacio de Gobierno, lanzó sendos ataques y amenazas al subcomandante Marcos para impedir que la caravana zapatista cruzara por el estado. En respuesta fue bautizado por Marcos como el “Firulais Loyola”. Otro hecho por el que Loyola pasó a la historia fue el haber negado recursos federales destinados a la Universidad Autónoma de Querétaro, diciendo su famosa frase: “Prefiero carreteras que universidades”. Tal situación fue enmendada los primeros días de gobierno de Francisco Garrido, sucesor de Loyola, para congraciarse con la sociedad.
Sin embargo, no se puede decir que Garrido, actual gobernador, haya tenido una gestión muy distinta. Durante su gobierno, con una Legislatura de amplia mayoría panista a su servicio, designó por dedazo a un buen amigo suyo, Adolfo Ortega, titular de la Comisión de Derechos Humanos del Estado. Después intentó juntar en una sola institución a la Comisión Estatal de Acceso a la Información Gubernamental y a la Comisión de Derechos Humanos comandada por su mencionado amigo. Este intento fue frenado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación pues violaba frontalmente la Constitución.
En respuesta, el gobernador Garrido deshizo la entonces Comisión Colegiada de Transparencia convirtiéndola en unipersonal, dejándola a cargo de otro amigo suyo; así, le quitó la autonomía al instituto y borró de un plumazo en el estado los avances que ha tenido México en relación con la transparencia y el derecho a la información, haciendo más ancha la puerta a la corrupción gubernamental. No contento con ello, ha limitado la libertad de expresión en los medios de comunicación, cooptándolos, pagando altos costos en publicidad y pactando una crítica favorable hacia su persona y al actual candidato del PAN a gobernador, Manuel González Valle.
En las próximas elecciones y por primera vez en dos sexenios la contienda no será fácil para el PAN. El candidato González Valle, actual presidente municipal de la capital del estado, se enfrenta al senador José Calzada, que es la apuesta del autonombrado “nuevo PRI”.
Las propuestas de campaña de ambos candidatos no ofrecen mucha novedad. El PAN sigue apostando por la cultura del miedo: más policía, más seguridad, más armamento, amén de más inversión, más infraestructura, más empleo. El PRI no dista tanto de estas propuestas. Acaso Calzada va un poco más allá al incluir en su plataforma promesas de disminución de impuestos, recuperación de una cultura de derechos humanos, creación de universidades y algunas otras dirigidas a personas con discapacidad, indígenas, adultos mayores y personas en extrema pobreza.
Como sea, ninguno de los candidatos se atreve a tocar temas que los comprometan. No sabemos, por ejemplo, si Calzada se comprometerá en temas como el derecho a decidir de las mujeres o si seguirá la corriente derechista de su partido, encabezada por los gobernadores priístas de Puebla, Quintana Roo, Nayarit y Campeche, que han promovido cambios constitucionales en sus entidades en contra de este derecho con el claro objetivo de blindarse contra futuras acciones que pudiera emprender la Iglesia católica y que les pudiera costar votos en 2012.
Mientras la pugna se debate muy cerradamente entre el PRI y el PAN, los candidatos del PRD y del PT darán la batalla para alcanzar algún escaño en la Legislatura local, en tanto el resto de los partidos marginales esperarán no perder su registro ni sus jugosas prerrogativas. Les tocará a los queretanos decidir qué tan a la derecha quieren estar.
Analista

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